Esta película llamó mi atención porque trata sobre el insomnio crónico. Trevor Reznik (Christian Bale) lleva un año sin dormir. A consecuencia de ello sufre confusión, fatiga, paranoia, alucinaciones y pérdida de peso. La pérdida de peso es tal vez el punto más impactante de la película, pues Christian Bale tuvo que perder 27 kg en 4 meses para interpretar a Reznik.
Es interesante cómo se muestra el deterioro mental de Reznik. Aunque desde el inicio se muestra en un estado muy avanzado, poco a poco se descubre que no siempre fue así. Un año antes trevor Reznik era un trabajador con una vida, un trabajo y relaciones normales. La historia nos ayuda a descubrir el suceso trágico que originó su decadencia y que también es el origen de los fantasmas que lo persiguen. Sin remordimientos por contar el final, diré que un simple acto de valentía termina con su sufrimiento.
Me llama mucho la atención el insomnio crónico. He experimentado no dormir más de 3 o 4 horas al día por meses, y 64 horas continuas sin dormir. He vivido la confusión y algunos de los síntomas que produce la falta de sueño, incluso alucinaciones. Pero no al grado mostrado en El maquinista. También quiero hacer notar el simbolismo manejado en la cinta, especialmente cómo los sueños y recuerdos de Reznik se mezclan con su vida cotidiana y forman en él una nueva percepción de la realidad.
Finalmente, me impresiona la determinación de Bale por perder todo ese peso para hacer el papel, especialmente porque después tuvo que recuperarlo para hacer Batman Begins.
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